De nuevo un post dedicado al registro arqueológico funerario del calcolítico en la Cuenca Media del Arlanzón. Como ya se comentó en una entrada anterior, el tema no son muchos los lugares que proporcionan restos humanos. En este caso, será objeto de comentario el túmulo IL.C1 de Cótar, que, como el Hornazo, ha sido objeto de análisis y publicación en 2013 en la revista RAMPAS (Carmona et alli 2013).
![]() |
Localización de El Hornazo y el Túmulo IL.C1 de Cótar |
El
túmulo de IL.C1 de Cótar es uno de los yacimientos intervenidos por Uríbarri y
Martínez González en los años 80 con el fin de indagar sobre el poblamiento
prehistórico en los alrededores de la ciudad de Burgos. El
monumento funerario se encuentra situado en el borde de una lengua de páramo
que domina el curso del Arroyo de Cótar. En el momento de la excavación el
entorno se hallaba fuertemente alterado por las labores agrícolas, que habían
sido las causantes de un fuerte deterioro. La consecuencia fue la
eliminación de una buena parte del túmulo en su sector SE y el arrasamiento de
la estratigrafía arqueológica en ese sector. La
estructura también ha sufrido violaciones en una época histórica previa (hispano-romana).
Unas y otras modificaron la secuencia estratigráfica y provocaron la presencia
de materiales arqueológicos dispersos en la superficie, que también fueron
recogidos por el equipo de excavadores. La información suministrada por ellos
sobre el registro quedó recogida en forma de manuscrito, al que nos dio acceso J.M. Martínez González, a quien damos las gracias desde aquí.
El
monumento funerario plantea una especial problemática precisamente debido al
alto grado de alteración. El túmulo conservaba en el momento
de su excavación una forma elipsoide de 8 m. de largo por 5,25 de ancho y una
altura de 1,25 m. La aglomeración tumular estaba compuesta por
piedras calizas de tamaño variable, pero, en general, de formato reducido.
Estas se encontraban cubiertas por una tierra negra de alto contenido orgánico.
A pesar de que en la planimetría y secciones proporcionadas por los excavadores
no se representan, se observaron durante la excavación varias superficies de
alteración, que delimitaban zonas intactas de la estructura tumular (sector B) frente
a otras que había sido removidas (sector A, A’ y C). Bajo
el túmulo se pudo constatar la presencia de una superficie preparada (limpieza y nivelado del terreno) que se
conservaba parcialmente.
Cubierta
en parte por el sector intacto del túmulo (sector B), los excavadores
identificaron una ordenación intencionada de piedras calizas que conformaban un
alineamiento de tendencia ovalada muy afectado en su mitad SE por las
alteraciones señaladas. Este alineamiento enmarcaba la
boca de una fosa de enterramiento ubicada bajo el túmulo. Esta fosa constituye
el elemento central de la construcción. Posee una planta ovalada, con un eje
mayor de 1,70 m y uno menor de 1 m. La profundidad oscila entre 1,15 y 1,30 m.
Sección del Túmulo de Cótar publicada por los excavadores (Uribarri Angulo y Martínez González 1987). No se detallan las
superficies de alteración aunque se puede apreciar en la parte derecha de la figura
el alto grado de afección sufrido por la estructura tumular.
La
excavación de la fosa permitió documentar 4 estratos denominados “niveles” que incorporaban materiales cerámicos y humanos. Los estratos superiores acogían restos romanos mientras que los inferiores solo depararon restos exclusivamente
prehistóricos. No obstante, todos
los materiales arqueológicos documentados mostraban evidencias de haber sido alterados. La consecuencia más evidente fue la dispersión de los materiales por el
monumento y la disociación en varios grupos distintos (superficie, masa
tumular, fosa de inhumación). El grupo más numeroso de restos lo constituye la
cerámica prehistórica (187 fragmentos). Dentro de la misma se reconocen
básicamente tres grupos. Un primer conjunto muy numeroso de piezas de aspecto
tosco, lisas, con grandes desgrasantes calizos y muy afectadas por procesos
químicos (fracturas laminares, desconchones,…) posiblemente causados por la
acidez del sustrato geológico. El segundo grupo de piezas de pastas decantadas, superficies bruñidas, decoradas con
motivos campaniformes y que presentan una buena conservación. Existe un tercer
conjunto con unas condiciones técnicas y de conservación diferentes.
Están afectadas parcialmente por procesos postdeposicionales y destacan
particularmente por la inclusión en la pasta de desgrasantes cuarcíticos. Todo el conjunto presenta un alto grado de fracturación.
Esta circunstancia ha mermado en buena medida el reconocimiento de formas
representativas. Buena parte de las piezas no se diferencia en nada por sus
atributos técnicos de las recuperadas en ambientes domésticos de la Cuenca
Media del Arlanzón, a excepción de los fragmentos con decoración campaniforme. Precisamente, se reconocen 4 fragmentos decorados, tres de ellos
con motivos impresos de estilo marítimo internacional y uno con una línea
incisa bajo el borde.
Junto
a las piezas cerámicas, se recuperó un pequeño conjunto de elementos líticos
(NR: 27). Casi todo el conjunto es de naturaleza extractiva y sólo se conoce un
caso de pieza pulimentada: un fragmento de hacha o azuela sobre cuarcita.
Dentro del conjunto tallado solo se reconocen tres utensilios: dos elementos de
hoz y una punta de aletas y pedúnculo.
Datación radiocarbónica [1]
Se tomó una muestra de los restos esqueléticos humanos con el fin
de datarlos. El resultado se puede observar en la tabla en la que se incluye
también la fecha calibrada a través de Oxcal 4.1, empleado la curva de
calibración IntCal 09 (Bronk Ramsey 2009, 2010;
Reimer et al. 2009).
ID
|
Fecha B.P.
|
Cal BC (2σ)
|
δ13C
|
Material
|
Contexto
|
Atribución
|
UGA-8821
|
3670±25
|
2137 (95.4%) 1965
|
-20.7‰
|
colágeno
|
Fosa, N. II
|
Calcolítico Final (Campaniforme)
|
La datación
obtenida entra dentro del rango temporal del Calcolítico Final (Campaniforme)
que está establecido en 2500-1900 cal BC para la Meseta Norte. La fecha se asemeja mucho a las obtenidas en los
contextos domésticos de la Cuenca Media del Arlanzón, hasta el punto de poder considerarlas
contemporáneas. Ambas se ciñen al tramo final del Calcolítico y ponen de
manifiesto la simultaneidad de las manifestaciones arqueológicas domésticas y
las funerarias.
Restos humanos
Los
restos óseos procedentes de este monumento funerario son bastante escasos. Su estado de conservación es, además, deficiente debido a la elevada
acidez del suelo. Con
los restos óseos recuperados es posible determinar que el N.M.I. es 2, uno
adulto y otro infantil. Este número ha podido ser establecido tras el estudio
de las piezas dentales. Todas excepto una tienen las raíces cerradas,
deduciéndose que son piezas dentales definitivas, que pertenecen a un adulto. Junto
a ellas aparece una pieza con la raíz abierta es un canino inferior
perteneciente a un individuo infantil. en una de ellas, se aprecia una
línea de hipoplasia, lo que indica una carencia nutricional durante
la formación del esmalte en esa pieza.
![]() |
Incisivo lateral superior derecho donde se aprecian una línea de hipoplasia en el esmalte. Imagen: Encarna Valdivielso |
Valoración
Referencias:
Carmona Ballestero, E.; Valdivielso Gutiérrez, E.; Pascual Blanco, S.; Vega y Miguel, J. (2013): "Restos humanos, contextos funerarios y diversidad formal: los yacimientos calcolíticos de El Hornazo y el Túmulo IL.C1 de Cótar (Burgos)", RAMPAS, 15: 53-80.
[1] La datación se llevó a cabo gracias al proyecto Dataciones absolutas de contextos calcolíticos de la Cuenca Media del Arlanzón, financiado por la Fundación Gutiérrez-Manrique.