jueves, 18 de junio de 2015

Recordando los clásicos: el yacimiento con campaniforme de Villafría V

Dentro de la historiografía ligada al campaniforme en la Meseta Norte, es recurrente la referencia al yacimiento de Villafría V. Lugar que fue excavado de urgencia a inicios de los 80 por Uribarri y Martínez González y del que se conocía muy pocos datos, incluso no se sabía a ciencia exacta su ubicación. La única referencia al respecto era la publicación (Uríbarri Angulo y Martínez González 1987) en la que aparecía una sucinta información sobre la excavación y la representación en planta de lo que se interpretó en su día como una cabaña, con un problema añadido: la publicación tenía una errata y se confundía la planta de la cabaña de Villafría V con la hallada en el cercano yacimiento de Villafría III, de época neolítica en ese caso. El resto de los datos no han visto la luz por diversos avatares hasta su reciente publicación (Carmona Ballestero 2013: 236-239), la cual ha sido posible a la colaboración inestimable de Jesus Mª Martínez Gonzalez, quien puso en nuestras manso toda la información sobre el yacimiento.

El yacimiento se localiza a los pies de un espigón de páramo que domina la confluencia de dos valles marginales del río Vena, los formados por el arroyo Fuente Rey y el arroyo de Cótar.


Localización de Villafría V
Las evidencias documentadas presentaban un problemática asociada a la atribución cultural de las mismas así como a la interpretación del tipo de contexto en el que fueron recuperadas. Según los excavadores el yacimiento se detectó tras la localización de un nivel de tierras negras que contrastaba claramente con el entorno geológico. En ese nivel se recogieron algunos fragmentos cerámicos que confirmaban la naturaleza arqueológica del depósito. La erosión, dado el carácter en pendiente del yacimiento, había hecho desaparecer una buena parte del yacimiento, que se ceñía exclusivamente a este manchón negro: un único estrato cuya planta presentaba una forma ovalada de 5,8 m de longitud mayor y 1,28 m de eje menor. La morfología observada y sus dimensiones determinaron que fuera interpretado como un fondo de cabaña. En su extremo Este, se reconocía una cubeta de planta circular de 1,14 m de diámetro y de 0,35 m de profundidad. Estaba delimitada por 5 lajas de caliza en la parte sur de la misma. Esta morfología determinó que se interpretara como un hogar.


Planta compuesta y perfil de la cabaña de Villafría V. Fuente:
Martínez González 1988 

Un aspecto significativo de la excavación es la naturaleza de los materiales recuperados. Entre ellos destaca un conjunto cerámico, muy fragmentado, en que los rasgos tipológicos encuentran su mejor parangón en contextos campaniformes del Valle del Ebro. La aparición de este tipo de motivos también se produce en otros yacimientos campaniformes como Paulejas (Carmona Ballestero 2010). La presencia de estas peculiares piezas expone un interesante interrogante que tiene que ver con la procedencia de las mismas. En el caso de Paulejas la duda se resolvió a través del análisis químico de pastas que determinó la procedencia local, del entorno geológico aledaño al yacimiento, de la cerámica decorada con motivos de este tipo. En Villafría V se ha llevado a cabo el mismo procedimiento y los resultados son los mismos. 


Fragmentos cerámicos con atributos significativos recuperados en Villafría V. Dibujo: J. M. Martínez/I. Leis



También fue recuperado un pequeño conjunto de industría lítica. La totalidad de las piezas se han fabricado en sílex. La mayoría de los productos se obtuvieron mediante lascado pero el único núcleo existente es de morfología cónica destinado a la fabricación de láminas. Tal y como refleja la representación de productos de talla, es posible reconocer la secuencia productiva completa dentro del contexto: aparecen tanto elementos iniciales del proceso de tallado como productos finales y útiles retocados. En este sentido, la mayoría de los productos son elementos derivados de la talla (lascas de descortezado, restos de talla y lasca de reavivado) por lo que se puede considerar que en la estructura se ha llevado a cabo la producción de utensilios líticos. Los útiles son, en todo caso, raspadores, tipo habitual en los repertorios calcolíticos.

Elementos líticos recuperados en Villafría V. Dibujo: J. M. Martínez/I. Leis.
Uno de los problemas asociados al registro arqueológico de Villafría V es la determinación del tipo de contexto. Los miembros del equipo de excavación ya se postularon en este sentido afirmando que se trataba de una cabaña (Uríbarri Angulo y Martínez González 1987). Desde luego, los restos integrados en el depósito que se excavó se pueden relacionar con un ambiente doméstico, pues no desentonan con los recuperados en otros considerados de esta manera. La morfología de la estructura documentada, sus dimensiones y la presencia del hogar afianzan esta proposición. A pesar de ello, hay ciertas peculiaridades poco conocidas el entorno: se aleja del modelo de cabaña a base de postes y manteado de barro, elementos totalmente ausentes en ella. Tampoco se hallaron restos óseos de ningún tipo, aunque este indicador suele ser vinculado a la limpieza de las unidades de hábitat. Finalmente, la práctica de la talla en el interior de la estructura también supone una peculiaridad, aunque dada la total ausencia de depósitos vinculados a cabañas, es difícil de ponderar si era una práctica habitual o no llevar a cabo estas actividades en el interior de las estructuras de hábitat.

La particular ornamentación de las piezas provoca que su atribución sea la de Campaniforme inciso del Alto Ebro o estilo pirenaico. Los análisis de pastas determinan, en cambio, una procedencia local de la materia prima. Entonces, si no viajó el objeto ¿qué es lo que se trasladó? ¿La idea? ¿La persona que lo fabricó? Esta cuestión remite a su discusión muy interesante en relación a la producción de cerámica en condiciones domésticas, de la que no se aleja el campaniforme, la producción local de piezas y la transmisión de los estilos campaniformes. Las referencias etnográficas y antropológicas inciden en que son mujeres quienes se dedican a este capítulo dentro de las sociedades primitivas. Si esta premisa se admite como válida, y las piezas se fabrican en el entorno del Arlanzón, se abre una vía de discusión que relaciona a las mujeres y la presencia de motivos foráneos que ha de ser resuelta convenientemente.

Referencias:

Carmona Ballestero, E. (2010): Prestigio y emulación en espacios marginales: la cerámica campaniforme de Paulejas (Quintanilla del Agua, Burgos), Universidad de Burgos. Burgos. 

Carmona Ballestero, E. (2013): El calcolítico en la Cuenca Media del río Arlanzón (Burgos, España).Comunidades campesinas, procesos históricos y cambios, BAR International Series., Archaeopress, Oxford. 

Martínez González, J. M. (1988): Primeros asentamientos humanos en la ciudad de Burgos. II, (manuscrito inédito). 

Uríbarri Angulo, J. L. y Martínez González, J. M. (1987): "Primeros asentamientos humanos en el término municipal de la ciudad de Burgos", Caesaraugusta, 64: 135-56.